Esta es la mejor forma de reparar los rines dañados de tu auto


Cuando caemos en un bache o peor aún, en una coladera abierta, tanto las llantas como los rines son los primeros en recibir la fuerza del impacto y, dependiendo de la magnitud, el desenlace puede ir desde destruir una llanta hasta deformar el rin.

Acudimos al taller Top Wheels, expertos en reparaciones de estas piezas, ubicados en el eje central Lazaro Cárdenas en la colonia Obrera, para descubrir hasta dónde un rin golpeado, ya sea de aluminio, de aleación o de acero, puede arreglarse sin poner en riesgo la calidad de marcha del vehículo.


LA EVALUACIÓN

“Cuando se trata de un rin de acero la reparación es mucho más sencilla ya que, al ser de un material muy maleable no se agrieta con un impacto, sólo se deforma y no requiere calor para regresarlo a su forma original”, explica Roberto Hernández, colaborador en este taller con más de 15 años de experiencia.

Lo que hacemos es montarlo en una base giratoria para examinar los puntos de deformación de la pieza. Una vez identificados procedemos a recuperar la forma inicial tirando con ganchos y barretas hasta que la circunferencia del rin sea pareja en los dos lados".




Enderezar un rin de acero puede costar desde 200 y hasta 400 pesos, dependiendo de la intensidad del impacto, sin embargo, Roberto nos explicó que cuando se trata de un rin de aleación o de aluminio, tanto la inspección como la reparación son más minuciosas, y el precio por devolverlos a su forma original puede elevarse hasta 1,500 pesos por todo el trabajo que implica.

“Para determinar si un rin fundido con alguno de estos materiales se puede reparar, lo primero que hacemos es revisarlo casi casi con lupa, porque con la fuerza de un golpe el material, a parte de deformarse, se puede agrietar; hay talleres en los que sólo rellenan con aluminio el golpe pero a la larga, si la grieta es muy profunda, el rin puede partirse mientras está rodando".

“Lo que aquí hacemos es lavar y secar perfectamente el rin para sacarle una radiografía con un aparato similar al que usan los médicos para los huesos, esto con el fin de asegurarnos de que no está agrietado o de que la grieta no sea tan profunda. Si lo es, se le comenta al cliente que la pieza ya no es apta para repararse por el riesgo que esto implica".

“Si el rin está sano aplicamos calor con un soplete en la zona dañada para amoldarlo hasta donde sea posible, Posteriormente rellenamos con aluminio y lo metemos al torno para maquinarlo y eliminar así el exceso de soldadura y darle nuevamente su forma; finalmente balanceamos y nivelamos para garantizar la rotación.”









Fuente: Pablo Monroy el Lun

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